La cosa que asecha en los campos

Fue solo hace algunas semanas que los bultos de paja empezaban a alejarse de la casa. Cada mañana cuando despertaba, cada bulto se movía algunos metros del lugar donde se encontraban. Asumía que heran bromistas con cierta capacidad intelectual y métodos de diversión limitados, así que lo ignore. En pocos días, los bultos empezaban a alejarse hacia los limites de la granja. Estaba fastidiado del jueguito para ese entonces y disidí colocarlos en su lugar. Me tomo una tediosa hora ponerlos de nuevo en su lugar, cerca de la casa, y para ese entonces estaba listo para romperle el cuello a cualquier idiota que decidiera infortunarme de tal manera.

A la mañana siguiente, encontré a todos mis caballo decapitados... el olor fue lo que me despertó. Cada uno de ellos acostados de lado dentro de su establos. No había señales de sus cabezas. Pase el resto del día limpiando el desastre y enterrando los restos. Fue entonces, cuando note que los bultos de paja habían regresado a su posiciones del día anterior, esparcidos lejos, en los campos. Esta vez, los deje en donde los encontré, resignado, sin darle mayor importancia a ellos si no a mis caballos. Sin duda quien lo había echo debía pagar por tal aberración.

Esa noche, me senté en el porche con mi escopeta en mano, y una taza de café en la tabla a mi lado. Me senté por horas, fijando mis ojos al campo para tratar de encontrar al tipo que movía mis bultos de paja.
Finalmente, empecé a quedarme dormido... Y me hubiese quedado dormido, a no ser por que en el momento que mis ojos empezaban a cerrarse, escuche a los arboles del bosque cercano agitarse y a estremecerse. Me levante, con el corazón latiendo fuertemente; Camine, con mi escopeta al frente. Tenia que atrapar al bastardo. Espere ansiosamente por cualquier persona que se acercara lo suficiente para sorprenderme o para sorprenderle yo a el.

Fue entonces cuando algo se me acerco lo suficiente para yo poder distinguir su silueta en la oscuridad. La cosa que asechaba en los bosques cercano a mi granja, parecía no notar que yo estaba sentado cerca. Parecía acechar, encorvada con la postura de un ladrón de carteras. De no ser porque, aun encorvada, tenia unos 4 metros de alto, parecía frágil. Los delgados brazos y piernas, y su pecho emancipado, me recordaba a un animal muriendo de hambre. Sin embargo, esta cosa hera increíblemente fuerte, pues vi como cargaba un bulto de paja bajo cada uno de sus brazos con facilidad, y lo acomodaba con cuidado a lo lejos. La observe trabajar, moviendo cada bulto de paja con cuidado. De vez en cuando se desencordaba para buscar mas bultos en el campo, antes de ajustar el bulto en el que trabajaba.

Antes de que decidiera retirarme, notee que miraba a mi casa. Sentí sus ojos barrerme en la oscuridad, pero no estoy seguro de que me hayas visto. Entonces, esa cosa se giro sigilosamente y regreso por donde vino, a la oscuridad de los bosques. Me tomo una hora antes de recuperar el valor para osar mover apenas un músculo nuevamente. Me metí en mi casa después de un tiempo, pero no dormí en esa noche. Fue solo hasta que el Sol salio, que me atreví  a poner un pie fuera de mi porche hacia los campos. Los bultos de paja estaban donde los había dejado, esa cosa. Sin embargo, note que esta vez no los había movido tan lejos como las noches anteriores; Parecía marcar una especie de linea. Y mientras caminaba al rededor de la casa, vi que formaba un distintivo circulo al rededor de mi casa, con migo en el centro. Me di cuenta que los bultos estaban formando una especie de frontera, como si esa cosa estuviera enviándome un mensaje. Pude dormir un poco esa noche, y solo por que estaba agotado.

La siguiente mañana, no hubo movimiento de los bultos. No se movieron para nada por el resto de la semana, de hecho. Estaban finalmente donde esa cosa quería que estuvieran. Enferme tratando de interpretarlos. ¿Por que esa cosa habría invertido tanta energía moviendo bultos de paja, y amenazarme con mucha violencia en caso que yo interfiriera? Asesinar mis caballo fue solo eso: una amenaza. Una amenaza inteligente. Sabia que me asustaría, y sabia que entendería las implicaciones. El sonido de un coche trabajando cerca del camino hacia mi granja, una mañana, me dio un golpe de emoción. Planeaba abandonar la granja desde que vi a la cosa, pero no podía irme a pie sin arriesgar a que me hiciera a lo que le hizo a mis caballos. Pero, si podía llegar al coche que se aproximaba, lo pararía sin importarme quien fuera, así tuviera que asaltarlo.

No tuve oportunidad.

El carro avanzo lentamente por el camino. Le hice señales para que se apurara. Fue cuando paso entre  dos bultos de paja que estaban colocados en cada lado del camino, que escuche un estruendo en el bosque.
La cosa salio de repente de entre los arboles corriendo en sus 4 flácidos y terribles miembros hacia el coche.
En solo un instante, se lanso al coche como un felino depredador; en segundos, estaba pelando la carrocería de metal del coche, tratando de llegar al conductor. El hombre, quien haya sido, gritaba, mientras yo solo podía escuchar el crujido del metal y el romperse de los vidrios. Fue entonces que la cosa lo aplasto en su mano, cuando dejo d gritar el hombre. Lo avento, y se desencorvo para mirarme nuevamente.

A plena luz del Sol, pude ver la falta de humedad en ella. Estaba compuesta de algo asqueroso, terrible y...vivo, lo cual estaba pegado formando una burla del semblante humano.

La cosa se regreso a los bosques, y yo no logre moverme, había presenciado algo que no pensaba  hasta hace poco poder repetir, no podía quitar mis ojos del lugar donde mis esperanzas sucumbieron.
Mis ojos miraban hacia donde estaba el coche, con la maquina todavía trabajando, entre los dos bultos de paja. De repente, entendí. El mensaje era claro. Soy el prisionero de esta cosa. Y no se me permiten visitas. Nada podrá pasar la frontera que me impuso. Estoy atrapado aquí, por lo que acecha en los campos. Y no me pide nada excepto, que no puedo marcharme de aquí. Es su capricho, yo soy lo que quiere. Aun así, no creo soportar ser el canario de esa cosa.

He pensado mucho en los ultimo días, desde que vi como aplastaba a ese hombre. Si cruzo la frontera de bultos de paja, probablemente me hará lo mismo; Aplastara mi cráneo antes de que pueda poner mis manos para protegerme...Después encontrara una nueva mascota que pueda quedarse quieta sabiendo que esa cosa esta esperando afuera, observandola con esos grandes y brillantes ojos pero yo no puedo.

He pensado en los últimos días y...voy a intentar escapar.

 Aquí os dejo el vídeo para a los que no le gusta leer